Cuentan el país y la vanguardia que dos nuevas modalidades de estafa se están extendiendo utilizando esta vez los teléfonos móviles. La primera se llama smishing y se trata de enviar mensajes sms avisando de una supesta suscripción a un servicio (juegos, canciones, chat, etc...) y avisando que se cobrará una determinada cantidad. La estafa consiste en que el mensaje facilita también un número en el que podemos anular la falsa suscripción, y ahí es dónde nos piden nuestros datos bancarios para desplumarnos.
El vishing se realiza mediante una llamada aleatoria que nos dice que llamemos a un número de teléfono para solucionar un supuesto problema, y de nuevo, en este número nos piden nuestros datos bancarios y nos despluman.
O sea, lo de siempre. El consejo, por descontado, es que no demos nuestras claves de acceso a cuentas bancarias, correos electrónicos, o cualquier otro servicio privado bajo ningún concepto: no hay ninguna razón para que nadie nos los pida.
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