Pablo Soto lo explica en su blog: lo que se compartirá en Omemo no serán archivos, sino espacio libre de almacenamiento. Cuando instalas omemo, éste preguntará qué porcentaje de tu espacio libre en el disco duro quieres aportar al disco omemo. El programa crea una red P2P que junta tu espacio libre con el de todos los demás usuarios con un tamaño nunca antes visto. Ese disco aparece accesible en tu sistema como si fuera un CD, o un pen drive/flash memory. A cambio, obtienes derecho de escritura persistente en el disco y derecho de lectura de todos los contenidos del disco.
Omemo presenta muchas ventajas frente al P2P tradicional. El contenido que compartes sigue disponible en omemo cuando te desconectas; puedes subir y bajar cosas del disco con velocidades iguales o superiores a las de un servidor FTP o HTTP; puedes crear y destruir carpetas para organizar categóricamente los archivos; y no hay forma de conocer quién es el publicante original de un archivo, ni quién lo descarga.
Como cuentan en lacacharrería, no hay duda de que Omemo plantea un serio problema legal para aplicar las actuales leyes de propiedad intelectual...
2 comentarios:
Muy interesante. No tenía conocimiento de que alguien hubiera inventado algo así. Esperemos que funcione pronto.
Pues la verdad es que sí Pepino. Veremos si no tropieza con alguna (o algunas) leyes cuando salga a la luz...
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